miércoles, 18 de octubre de 2017

El periódico



Gonzalo Cadena siempre vivió solo. Todos los días, él compraba el periódico en el kiosco que está cruzando la calle. Me lo encontré ahí una mañana, me hizo una invitación para  tomar una copa en su casa. “Lo espero a las 8pm”, dijo él. Yo acepté, no tenía muchos amigos en el barrio y me parecía amigable.

Imaginé que tendría un hogar de apariencia excéntrica, lo creía por su forma ermitaña de ser, pero no era nada fuera de lo común. Me recibió de forma amable y me invitó sentarme en el sillón de  su sala; tomé asiento junto a él.

Me dio una copa de vino. Hablamos de los vecinos. Contó dos anticuados chistes. Y cuando el reloj marcó las 10 de la noche, me dispuse a despedirme. Al levantarme del sofá noté que Cadena apilaba muchos periódicos en una de las esquinas de la sala.

-¿Le gusta mucho leer el periódico?- le pregunté a Cadena.
-No, yo odio el periódico- respondió sonriendo.
-Entonces, ¿para qué los compra?
-Compro el periódico para no perder la noción de la realidad, bueno, de esta realidad. ¿Nunca se preguntó por qué no salgo del barrio? Lo único que sé es que me llamo Gonzalo Cadena,  o eso creo. Tengo que leer el periódico para saber en dónde vivo y qué es lo que sucede, porque todo el tiempo tengo sueños y olvido hasta el año en el que estamos.
-¿Cómo son sus sueños?- le pregunté
-¿Nunca siente que esta vida es ajena a usted? Yo estoy casi seguro que este no es mi cuerpo, que un ser atemporal me dejó aquí y necesito salir. ¡Yo quiero salir!
- Sr. Cadena, ¿qué clase de broma es esa?
-No es broma, yo estoy maldito. Y el dueño de este cuerpo fue quien me maldijo, pero ahora ya sé como emerger y ser yo.
-No está maldito, Sr. Cadena. Usted necesita ayuda.
-Lo que necesitaba usted ya me lo trajo.

Él se aproximó hacia mí, extendió su mano y tocó mi hombro.

-¿Qué planea conmigo?- pregunté.
-El kiosco abre a las 8 de la mañana- dijo Cadena.

Sentí un fuerte mareo y aprecié cómo mi cabeza revotaba en el suelo al caer. Miré al techo y apareció un bucle de luces, de todos los colores, era hermoso. Mi cuerpo se proyectaba como una sombra en medio de la luz, pero algo andaba mal. Luego todo se hizo oscuridad.


***
Abrí los ojos, sentía que dormí más de dos noches enteras. Alguien tocó el timbre de la casa. Ya había amanecido, yo seguía tendido en el suelo, en el suelo de la casa de Cadena. Me levanté despacio y abrí la puerta. Era mi esposa con tristeza en el rostro.


-Buenos días, usted debe ser el Sr. Cadera. No quiero molestarlo, pasaba para preguntar si sabe algo de mi esposo, hace dos días no aparece- dijo ella.

Miré mis manos y lloré.

-No sé nada. Discúlpeme, pero tengo que comprar el periódico.


Francisco Contreras
Quito- Ecuador

lunes, 11 de septiembre de 2017

Un girasol



Otro día solo. Rondo por el jardín y me detengo ante ti. Me acerco y veo en tu figura algo especial. Eres real como nada más en mi vida.

Te levantas delgada y firme sobre la tierra.  El tiempo ha pasado, fresca flor. Eras semilla  entre mis manos de niño. Ahora te rozo con la mirada, mirada de hombre viejo.

La tierra te dio su gracia para que seas lo que eres ahora. ¿Por qué veo tu danza y tus pétalos son como centelleos? Te distingo y te siento, aunque lejana, sé que tu cuerpo entero lleva sol.

¿Cómo cortarte? Eres la razón de existir para esta mala yerba que te rodea. 

Sigues al sol, no te distraes con luces artificiales, sabes que tu esencia está en lo alto.

En mis sueños te invito a salir de la tierra para cercarme en tus hojas. Quisiera despedazar ese misterio de tu quietud ante mí. ¿Por qué no giras para verme? ¿Por qué no tengo tanta luz para ti?

Cuando madures dejarás de seguir al astro y te asentarás mirando al oriente. Entonces no me moveré de ahí. Yo seré tu oriente.


Francisco Contreras
Quito-Ecuador
2017

viernes, 25 de agosto de 2017

Café salado



La oscuridad se esparce lentamente, es una energía que se apodera del fluido incoloro, es café instantáneo remoloneándose por  el movimiento de la cuchara. 

-¿Quiere azúcar?-pregunta la camarera.
-Me gusta amargo- responde el Sr. Fuentes y  baja su sombrero para que no vean sus ojos.

 La cafetería es donde el Sr. Fuentes  inhala los aires nostálgicos de una vida mal vivida. Es el mismo lugar donde, hace años, perdió su hálito de existir como los comunes. Por eso vive llenando su panza de líquidos calientes para engañar al vacio que va más allá de sus tripas.

Pobre Sr. Fuentes, es un hombre rezagado al que sus contemporáneos dejaron atrás. Pasa sus noches escribiendo en cada servilleta los oscuros deseos que atraviesan el sombrero. Reconcomios comunes para los sufridores sin alma, para los que se perdieron en la brisa de una falda y una sonrisa mentirosa. 

Una lágrima cae en el café, una onda expansiva de despedidas que se callan con el meneo de la cuchara. 

-¿Quiere otro café?-pregunta la camarera.
-Deme otro espíritu, bien cargado y sin azúcar.


Francisco Contreras
Quito- Ecuador
2017

viernes, 11 de agosto de 2017

¿Realidad?





Nota al lector: El siguiente escrito es la transcripción de una cinta de audio encontrada en un autobús. 

Fecha: 9 de Marzo de 1998.
Informe Psicológico número 7.

El paciente Javier Mora, de 12 años de edad, fue enviado por el psicólogo de su colegio. El motivo de la consulta fue: Sintomatología de depresión, bajo estado de ánimo. En el informe enviado por el psicólogo se detalla un posible consumo de bebidas alcohólicas por parte del paciente. También explica un posible caso de Distorsión de la Realidad debido a un escrito de Javier.

-El relato dice lo siguiente:
Está en la esquina, sí en esa esquina, la de mi barrio.  Es el Diablo, ahí mal parado. Se ve tan común, tan como cualquiera, pero no hay duda de que es él. Yo quiero verlo de cerca, tomar de la botella que trae en la mano. Pero no puedo, detrás de mí está la Foto Parlante, la que me regaña cuando quiero tomar duchas largas y salir por las noches.  Esa fotografía que es atemporal a mi ser  y no me deja en paz.

He estado una hora viendo por la ventana de mi habitación. El Diablo sigue en la esquina, tan tranquilo, sin preocuparse por la gente que lo mira. Tengo que esperar el momento en el que la Foto Parlante deje de vigilarme. 

Suena el timbre de mi casa. Me dirijo hacia la puerta, pero la Foto Parlante dice que me vaya. Me escondo para ver quién es el visitante. Se trata del Editor Fotográfico, siempre visita a la Foto Parlante. Como de costumbre van al cuarto de mi padre, cierran la puerta y el Editor hace magia, le da retoques y le sube la resolución.

Es el perfecto momento para salir a encontrarme con el Diablo. Tengo cerca de dos horas para charlar con el místico ser parado en la esquina de mi barrio. Salgo de la casa sin hacer ruido, siento la mirada infernal sobre mí. Camino hacia la esquina. Él me observa, extiende la botella hacia mí, bebo como sediento, siento el ardor del alcohol. ¡Estoy vivo! 

No hay imagen que detenga el placer de sentir como la vida se esparce con aquel milagro. Ya no habrá Foto Parlante en mi existencia, encontré mi lugar. Yo soy el Diablo, parado en la esquina de mi barrio, en espera de otro muchacho.

-Objetivos:
Con la información proporcionada por el psicólogo tratante y el relato de Javier Mora, considero necesaria una entrevista con su madre. Existe la posibilidad de que Javier sienta a la presencia de su madre como opresora y un obstáculo para su realización. También es importante conocer si el presunto acto de infidelidad cometido por su madre sería el detonante para el desarrollo del cuadro. Se expresa el consumo de bebidas alcohólicas y es preciso identificar si existe el consumo de otras drogas. Podría hallarse una relación entre el alcohol y la felicidad de Javier. Por el momento descarto la Distorsión de la Realidad hasta ver la conducta de exposición y los resultados de las técnicas y procedimientos a realizar. 

Mañana será la primera entrevista con Javier Mora. Le sugeriré que sea escritor.

Fin de la grabación.




Francisco Contreras
Quito-Ecuador
2017

jueves, 30 de marzo de 2017

Clase de escritura




-¿Qué se te ocurrió? – preguntó el maestro a su estudiante.


-Un cuento que trate sobre un gargajo pegado en la calle.


-Para ese cuento, veo 5 posibilidades: 1) Que narres, desde la perspectiva del gargajo, el mundo urbano que lo rodea. 2) Que describas los pasos para escupir un gargajo. 3) Que hagas un símil entre el gargajo pegado en la calle y la insignificancia de nuestra existencia en el universo. 4) Que relates la cronología de los sucesos que impulsaron, al sujeto, a escupir ese gargajo.  5) Que consideres que tu idea es una mierda.


-No comprendo, Maestro.


-Lo suponía. Tú solo escribe.

Francisco Contreras
Quito- Ecuador